Al iniciar la lectura del texto
ofrecido para este taller en la presentación, aparece una frase que me
conmovió. “El Padre Kentenich fue pobre”.
Al reflexionar sobre su historia, desde su concepción (aparentemente no
deseado) la situación familiar de su madre, lo que sabemos de su niñez que todo
escaseaba; tanto así para que su madre en muchas horas de discernimiento optara
por llevarlo y dejarlo en un orfelinato. En nuestro país llamaríamos un niño
SENAME.
Tal vez encontramos en esta raíz tan profunda de su historia personal, que hace que nuestro Padre tuviera una especial sensibilidad frente al tema pobreza. No era teoría. El, la había experimentado desde su nacimiento.
Es también en el campo de concentración de Dachau, donde nuestro Padre experimenta la crueldad expresada en la pobreza material, de alimento, de espacio, de vivir en un infierno donde se trata del despojo de la dignidad humana para hacerlos esclavos de un régimen.
Resulta importante que el PK siempre ve la pobreza material y la pobreza espiritual como un todo, ya que la solución que el propone tiene una dimensión integradora en el ser humano y su dignidad.
CAUSAS DE LA POBREZA Y SU VIGENCIA HOY EN NUESTRA PATRIA
Una de ellas es el sistema
económico vigente. ¿Es hoy en Chile una de las causas del deterioro de la
convivencia país? Un trabajador con ingreso que no permite una vida digna. Una
iglesia distanciada de las necesidades reales de la mayoría y que su
evangelización aparece descarnada y sin respuesta a la crisis.
UNA REVOLUCIÓN, PERO COMO DIOS LA QUIERE
No sólo cambiar actitudes, luchar
por cambiar la situación.
Coloquemos a la persona en el centro de nuestro empeño por reformar la sociedad
Salvemos su dignidad y sus derechos fundamentales a la libertad y a la propiedad privada.
En definitiva, una revolución que integre lo religioso moral a las otras dimensiones del ser humano. ¿cómo aportamos como schoenstattianos a esta revolución?
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