martes, 21 de julio de 2020

EL P. KENTENICH Y LA POBREZA



El p. Kentenich y la pobreza, por Ignacio Ramírez


Ante todo, expresar que no siempre conocemos todo el espectro de pensamiento del p. Kentenich y en particular que ha abordado el ámbito de la problemática social de la sociedad y de sus integrantes y en especial abordando la pobreza.

Me parece que el p. Kentenich tiene por una parte la autoridad moral para hablar de la pobreza dada su propia experiencia personal de su vida y por otra parte de su calidad espiritual y de fe. Su vivencia de vida pobre desde niño y su experiencia como educador de jóvenes en momentos críticos de la historia (circunstancias de guerra) y su propio padecimiento de esta misma y esa capacidad para percibir la fragilidad y padecimiento del ser humano en esas circunstancias.

Lo importante del pensamiento social del p. Kentenich respecto de la pobreza, es que nos abre nuestra mirada desde lo estrecho o limitada meramente en lo económico hacia diferentes rostros o aspectos de la pobreza de las personas, aquellas asociadas al alimento, al hogar, a los derechos, sino que también de pobreza religiosa aspectos que pudo propiamente experimentar como en momentos de sufrimiento (campo de concentración) las personas muestran una ciudad de muerte, de locos, de paganos; marginación por la raza. Es decir, no sólo desde el punto de vista espiritual sino también haciéndose cargo de los casos concretos de dolor y pobreza, de necesidad y carencia.

Teniendo presente que el p. Kentenich educaba a los jóvenes en sensibilidad y discernimiento en los problemas sociales y pobreza con una “sensibilidad social cristiana” nos debemos preguntar si ante “el despertar de Chile”, ¿estoy mirando y evaluando o juzgando con esa mirada que el p. Kentenich educaba?  Por otra parte, al igual que la guerra entre esos jóvenes transitoriamente superaron la discriminación de clases, actualmente la Pandemia también nos está llevando a sensibilizarnos que pega a todos por igual. Sin embargo, podemos asumir razonablemente que al igual que aquellos una vez pasada la situación concreta volveremos a la misma discriminación.

Como nos enseña el p. Kentenich la solidaridad entendida como mutuo apoyo material, moral y religioso, debe ser un valor de permanente vigencia.

Podemos concluir que la pobreza como parte de la problemática social es un tema más complejo que solo lo material y que requiere abordarse desde una mirada integral del ser humano. Diría que a menudo nosotros pasamos por alto esta mirada “integral” (de los sistemas sociales, modelos económicos, estructura política).  Mas bien le damos una mirada “politiquera” (bando político).

El p. Kentenich poniendo su mirada desde un trabajador (obrero) identifica que vive una doble esclavitud: la del sistema y la del capitalista, encontrando que las causas de la pobreza provienen de:

  • sistema economicista, materialista, capitalista; que lleva a desnaturalización del trabajo y pérdida de su sentido;
  • industrialismo, tecnificación y mecanización del trabajo (hacedor de cosas no creativo), y nueva forma de estado;
  • creciente separación de la Iglesia con el pueblo y la debilidad de la fe.

La propuesta de Schoenstatt se centra en la necesidad de preocuparse por todo el hombre y hacerlo a través de la educación de valores religiosos y morales, teniendo visión universal (para todos y todas las dimensiones de la persona y una visión liberadora de su relación con Dios y de los aspectos económicos, políticos, sociales, morales, etc.

Si miramos los acontecimientos en nuestra sociedad de colusión y de sobornos en la política podemos deducir la existencia de esta falta de moral.

Para evitar el riesgo que la propuesta de transformación religioso moral se convierta en algo meramente espiritualista creo en lo personal debe partir esta educación por uno mismo, pero como Dios quiere. En lo grupal como Familia de Schoenstatt deberíamos tener un foco específico de concentración y que nos permita concretar una transformación.


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